Gallimard es un investigador que nunca tendrá el talento de un Sherlock Holmes
-¡Que lo pruebe! -respondió Lupin a los periodistas.
-Pero ¡si fue él quien robó el secrétairel... exclamó el señor Gerbois delante de los mismos periodistas.
Y Arsenio Lupin contestó: -¡Que lo pruebe!
Y fue un espectáculo de encantadora fantasía el duelo público entre los dos poseedores del número 514, serie 23; las idas y venidas de los periodistas, la sangre fría de Arsenio Lupin frente al enloquecimiento del pobre señor Gerbois...
¡La Prensa estaba repleta de las lamentaciones del desgraciado! A ella confiaba su infortunio con chocante ingenuidad.
-Compréndanlo, señores. ¡Es la dote de Suzanne lo que ese truhán quiere robarme! Por mí, personalmente, me tiene sin cuidado; pero ¡por Suzanne! Piénsenlo: ¡un millón! ¡Diez veces cien mil francos! ¡Ah! Bien sabía yo que el secrétaire contenía un tesoro.
Al objetársele que su adversario, al llevarse el mueble, ignoraba la presencia de un billete de lotería, y que en todo caso nunca habría podido prever que el tal billete iba a ganar el primer premio, gemía:
-¡Lo sabía, lo sabía!... Si no, ¿por qué se habría molestado en llevarse un mueble tan viejo?
-Por razones desconocidas, pero ciertamente no para apoderarse de un trozo de papel que valía, entonces, veinte francos, una modestísima suma.
-¡La suma de un millón! Él lo sabía..., ¡lo sabe todo!
Ah, ustedes no conocen a ese bandido...
- Tiene razón, señora, el inspector habló con una lealtad que no estuvo exenta de cierto mérito, tiene razón, el viejo Ganimard no es lo suficientemente fuerte como para luchar contra Arsenio Lupin. Sherlock Holmes tendrá éxito allí? Eso espero, porque tengo por él una gran admiración... pero... es poco probable...
- Es poco probable que tenga éxito
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