martes, 8 de febrero de 2011

Cagliostro


Después de pasar una tarde con su amada, el joven Arsenio Lupin presencia casualmente lo que parece un asesinato y en un arrebato justiciero, decide salvar a la víctima, que más tarde sabrá que no es otra que la Condesa de Cagliostro.

Fascinado por la belleza y el peculiar carácter de esta dama, la sigue en sus correrías y descubre que quienes estaban a punto de matarla iban en busca de un mítico tesoro templario, y que en ningún modo puede considerarse a la bella condesa como una joven inocente.

Embarcado en una trepidante aventura en la que su vida correrá serio peligro en más de una ocasión, Arsenio Lupin se revela como un joven audaz, imaginativo e inteligente e intenta sacar partido de la información de que dispone.

domingo, 6 de febrero de 2011

En cada una de sus apariciones, Arsenio Lupin ha demostrado ser una persona diferente.



Lupin es uno de los personajes de ficción más famoso con una personalidad que seduce. Arsène es un maestro en el arte de planear. Ha construido su reputación por la audacia de sus robos. Trabaja con mucha gracia e inteligencia.


Elige cuidadosamente sus objetivos, que son los nobles y burgueses poseedores de una gran riqueza. Como ladrón, Lupin es un personaje que sorprende una y otra vez, por su sangre fría, su impertinencia y su astucia.


Él es un seductor, un eterno enamorado del amor y la aventura.

Personalidades de Arséne


jueves, 3 de febrero de 2011

Lupin bromista, fanfarrón, amante de los disfraces, de los efectos teatrales, del peligro... siempre enamorado




Es con Emile Gaboriau (1832-1873) con quien comienza la novela policial francesa. Gaboriau comenzó escribiendo novelas folletinescas y se convirtió en un típico representante de éstas. Crea a su héroe Monsieur Lecoq un policía parisino.



Gaboriau influyó sobre Conan Doyle, éste a su vez influyó al escritor francés Maurice Leblanc, pero de una manera muy particular. Maurice Leblanc inventó a Arsenio Lupin para que fuera un héroe totalmente distinto a Sherlock Holmes. Tiempo más tarde Lupin sería uno de los repre- sentantes mas significativos de la novela policial francesa.


Lupin se construye como un mito, gracias a su inteligencia prodigiosa y a su actividad devora- dora que lo llevaban a resolver los casos de una manera fenomenal. Cuando Leblanc escribió Los tres crímenes de Arsenio Lupin ya no quedaban dudas: Lupin, prisionero en la Santé, jefe de policía, vengador del honor nacional y amante desesperado, era verdaderamente un su- perhombre.


El mito de Lupin es durante un momento de la sensibilidad francesa, se tendría que agregar que se trata de un momento de decisiva importancia ya que bajo la influencia de Leblanc cam- bia toda una forma colectiva de soñar. Existía antes a Lupin el folletín, donde reinaba el melo- drama, una imaginería del tiempo de las diligencias, mismo respondía a una larga tradición. Se produjo entonces una gran transformación, la acción se convirtió en investigación y fue dirigida por el razonamiento. También surge la imaginería también nueva, deslumbrante y grandiosa a la vez. Leblanc, rescata del olvido decorados por ejemplo: la guillotina, los cafés, Paris, entre otros.


Leblanc creo todas las situaciones claves de la novela policial más moderna: el narrador resulta ser el culpable, Lupin resuelve los problemas mas asombrosos obteniendo soluciones mejores que las que encuentra Dickson Carr, el autor utiliza con feliz virtuosismo los recursos más suti- les de la deducción. Juan José Millás

miércoles, 2 de febrero de 2011

La Dama rubia

Gallimard  es un investigador que nunca tendrá el talento de un Sherlock Holmes



La aventura comienza cuando Arsenio Lupin roba un un secrétaire comprado a un distribuidor por el Sr. Gerbois profesor de matemáticas




-¡Que lo pruebe! -respondió Lupin a los periodistas.

-Pero ¡si fue él quien robó el secrétairel... exclamó el señor Gerbois delante de los mismos periodistas.

Y Arsenio Lupin contestó: -¡Que lo pruebe!

Y fue un espectáculo de encantadora fantasía el duelo público entre los dos poseedores del número 514, serie 23; las idas y venidas de los periodistas, la sangre fría de Arsenio Lupin frente al enloquecimiento del pobre señor Gerbois...

¡La Prensa estaba repleta de las lamentaciones del desgraciado! A ella confiaba su infortunio con chocante ingenuidad.

-Compréndanlo, señores. ¡Es la dote de Suzanne lo que ese truhán quiere robarme! Por mí, personalmente, me tiene sin cuidado; pero ¡por Suzanne! Piénsenlo: ¡un millón! ¡Diez veces cien mil francos! ¡Ah! Bien sabía yo que el secrétaire contenía un tesoro.

Al objetársele que su adversario, al llevarse el mueble, ignoraba la presencia de un billete de lotería, y que en todo caso nunca habría podido prever que el tal billete iba a ganar el primer premio, gemía:

-¡Lo sabía, lo sabía!... Si no, ¿por qué se habría molestado en llevarse un mueble tan viejo?

-Por razones desconocidas, pero ciertamente no para apoderarse de un trozo de papel que valía, entonces, veinte francos, una modestísima suma.

-¡La suma de un millón! Él lo sabía..., ¡lo sabe todo!

Ah, ustedes no conocen a ese bandido...




- Tiene  razón, señora, el inspector habló con una lealtad que no estuvo exenta de cierto mérito, tiene razón, el viejo Ganimard no es lo suficientemente fuerte como para luchar contra Arsenio Lupin. Sherlock Holmes tendrá éxito allí? Eso espero, porque tengo por él una gran admiración... pero... es poco probable...

- Es poco probable que tenga éxito