Arsenio Lupin, el astuto ladrón de guante blanco capaz de medirse con el propio Sherlock Holmes, se encuentra en esta ocasión con una de las aventuras más sorprendentes de su vida: un robo no planeado por él, un misterioso tapón de cristal que se cruza constantemente en su camino y un amigo a quien salvar de la guillotina. «Ninguna empresa me ha dado más quebraderos de cabeza ?dirá? ni me ha costado tanto trabajo como esta maldita aventura.» Pero al fin, en las doce horas más brillantes de su carrera, consigue un éxito tan asombroso y espectacular..
Raffles
El éxito popular de Holmes exigía inevitablemente la aparición de héroes delincuentes de rango semejante. El propio Conan Doyle inventó al profesor Moriarty, genio del mal cuya diabólica destreza a punto está de liquidar al hombre de Baker Street. Otros autores patentan protagonistas "buenos", aunque persigan la justicia desde fuera de la ley. Por ejemplo Raffles, un ladrón no carente de código del honor creado por el mismísimo cuñado de Conan Doyle. En los años cincuenta del siglo pasado aparece el Barón, otro ladrón de joyas -fruto de la imaginación de Anthony Morton- que siempre se enfrenta con criminales peores que él. Entre todos destaca el caballero Arsenio Lupin, seductor y defensor de los débiles, elegante, cosmopolita... muy francés, y que logra cantarle las cuarenta al anglosajón.
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